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Ecosistema

Ecosistema

 

El mapa de los biomas en el mundo

 

 

 

 

 

 

Biomas terrestres

 

Se llama así a los grandes ecosistemas terrestres, fácilmente distinguibles por el aspecto de sus comunidades porque cada uno tiene un tipo de vegetación muy característico (hierba, árboles perennifolios, caducifolios, matorral, etc.).

 

Desierto

 

El desierto se desarrolla en regiones con menos de 200 mm de lluvia anual. Lo característico de estas zonas es: 

  • la escasez de agua y las lluvias muy irregulares que, cuando caen, lo hacen torrencialmente. Además la evaporación es muy alta por lo que la humedad desaparece muy pronto.

  • la escasez de suelo que es arrastrado por la erosión del viento, favorecida por la falta de vegetación

 

 

Tundra

 

La tundra se encuentra junto a las zonas de nieves perpetuas. La dureza del clima no permite la existencia de árboles. Su suelo -permafrost- está helado permanentemente, excepto un breve deshielo superficial en los dos meses más calurosos. Las temperaturas medias oscilan entre - 15ºC y 5ºC y las precipitaciones son escasas: unos 300 mm al año. En el ecosistema de tundra los factores limitantes son la temperatura y la escasez de agua. Las llamadas tundras alpinas se sitúan en las altas montañas, por debajo de las zonas glaciares. En el hemisferio Sur no existe, prácticamente, tundra al ser un hemisferio ocupado en su mayor parte por el océano. Solo la Península Antártica corresponde a este tipo de bioma. El suelo es muy pobre y el manto vegetal es delgado, pero de los más resistentes del mundo.

Las vida animal presenta un gran interés. Por una parte, como se ha comentado, abundan los insectos en la época de deshielo. La unión de grandes cantidades de insectos y la proliferación de las plantas hace que sea un lugar ideal para la nidificación de un gran número de aves migratorias. Acuden aquí desde todo el mundo y en pocas semanas se alimentan de insectos y semillas con gran intensidad, aprovechando además la larga duración del día ártico. En poco tiempo pueden cebar a sus crías acortando el tiempo de este peligroso periodo de sus vidas. Grullas, ánsares, cisnes, limnícolas (correlimos, zarapitos, archibebes, …) y un largo etcétera de especies de aves crían en la tundra.

Taiga
El bosques de coníferas de la taiga

La taiga es el bosque que se desarrolla al Sur de la tundra. En ella abundan las coníferas (Picea, abetos, alerces y pinos) que son árboles que soportan las condiciones de vida -relativamente frías y extremas- de esas latitudes y altitudes, mejor que los árboles caducifoliosLa vegetación dominante en la taiga es el bosque de coníferas. En las zonas de clima más duro el bosque es muy uniforme y puede estar formado exclusivamente por una sola clase de árbol. Las hojas en forma de aguja de las coníferas les permiten soportar bien las heladas y perder poca agua.

Los animales que viven en la taiga tienen que estar adaptados a las duras condiciones invernales. Algunos son especies migratorias y otros resisten el frío encerrándose en sus madrigueras en un estado de hibernación que les permite pasar esos meses encerrados, con muy poco gasto de energía.

 

Bosque templado

Se sitúa en zonas con climas más suaves que el bosque de coníferas. Se extiende al sur de la taiga en el hemisferio norte, en amplias extensiones de América y Eurasia. En el hemisferio Sur sólo está representado en estrechas franjas del Sur de América, Nueva Zelanda y Australia.

Las especies de árboles que forman el bosque son muy numerosas. Hayas y robles, junto a castaños, avellanos, arces, olmos, etc. son los más frecuentes en la península Ibérica

La fauna es rica y variada. Muchos insectos y otros animales viven en el suelo y alimentan a un gran número de aves. También los anfibios, reptiles y mamíferos son muy abundantes.

Bosque mediterráneo

 

Es típico de toda la franja que rodea al Mediterráneo y de algunos lugares de California y Africa del Sur. En la Península Ibérica ocupa amplias áreas, a veces mezclándose con el bosque caducifolio.

Vegetación Las especies arbóreas suelen ser de hoja perenne, pequeña y coriácea para soportar mejor las sequías estivales. Encina y alcornoque, acompañados de acebuches, quejigos, algarrobos, etc.

 

La fauna es rica y variada e incluye todo tipo de animales.

El ecosistema de bosque mediterráneo es muy sensible a la desertización si se destruye su cubierta vegetal. Las lluvias torrenciales arrastran el suelo con facilidad y se erosiona con gran rapidez

Praderas, estepas y sabanas

Las praderas se desarrollan en zonas con precipitaciones entre los 250 y 600 mm anuales.. Es decir entre las de desiertos y las de bosques. Estas cifras pueden variar dependiendo de la temperatura y de la capacidad del suelo para mantener el agua y en las zonas tropicales encontramos praderas en lugares que tienen hasta 1200 mm de precipitación anual, porque caen sólo en una estación, y el resto del año no hay humedad suficiente para mantener el arbolado.

El fuego juega un importante papel en el mantenimiento de la vegetación de pradera en los climas cálidos y húmedos, impidiendo que el bosque se apodere de esos terrenos.

La presencia de grandes herbívoros es un rasgo característico de estos biomas. Según el continente pueden ser bisontes, antílopes o canguros, u otros tipos de ramoneadores, pero la función ecológica que juegan todos ellos es equivalente.

ECOSISTEMAS ACUATICOS:

son aquellos en los que los animales y plantas viven o se  relacionan con seres vivos en el agua. Dependiendo del tipo de agua podemos definir  distintos tipos de hábitat acuáticos: de agua dulce y de agua salada.
 Si tomamos en cuenta otros factores abióticos

 

 

 

 

 

 

 

 

Las aguas dulces :

Las aguas dulces son aquellas que tienen una baja concentración de sales, inferior, en general, a un gramo por litro. Entre los biomas de agua dulce podemos distinguir los de aguas corrientes, es decir, los ríos, y los de aguas estancadas, los lagos y estanques.

Aguas corrientes: los ríos

La característica más notable de las aguas corrientes es su velocidad. En función de esta característica, podemos distinguir tres tramos:

  • Curso alto. La pendiente es fuerte y la velocidad del agua, elevada. Por ello, la mayoría de los seres vivos viven adheridos a las rocas del fondo, a fin de no ser arrastrados. Las aguas son frescas y oxigenadas. En las piletas que se forman se puede remansar el agua y acumularse materia orgánica y sedimento. Aquí ya viven insectos y algunos peces de aguas rápidas, como la trucha. Hay pocos organismos autótrofos, salvo películas de algas y musgos adheridas a las rocas.

  • Curso medio. La pendiente es menor y el cauce, más ancho. Hay sedimentos en los que pueden enraizar más plantas, por lo que el bioma es más rico. Habitan numerosas especies de peces, anfibios, mamíferos...

  • Curso bajo. El agua va muy lenta y suele ser turbia, lo que es desfavorable para muchos seres vivos. Además, existen variaciones en la salinidad, por lo que la biodiversidad no es demasiado elevada.

 

 

 


 

Aguas estancadas: lagos y estanques

Este tipo de aguas incluye desde grandes lagos hasta pequeños estanques estacionales, por lo que sus características son muy variables. En general

 

Biomas marinos:

Los fenómenos de convección y difusión de sustancias solubles, junto con las corrientes marinas, aseguran una cierta uniformización de los factores abióticos, lo que limita el número de hábitats posibles y hace difícil la distinción de biomas. Las variaciones climáticas tienen menor amplitud en la hidrosfera que en los ecosistemas terrestres, lo que también hace aleatoria la existencia de una zonación neta en latitud de las biomasas de las diversas comunidades oceánicas.

Tan sólo algunas biocenosis presentan zonación latitudinal. Este es el caso de los arrecifes de coral para cuyo desarrollo se necesitan temperaturas altas en el agua, superiores a los 20º C, lo que justifica la estricta localización de las madréporas en la zona intertropical. También las biocenosis circumpolares están localizadas en latitud y caracterizadas por especies adaptadas a las aguas frías.

Realmente, al mismo nivel que la luminosidad y más todavía que el de la temperatura, la concentración en fosfatos y nitratos del agua marina, constituyen un factor limitante primordial para el desarrollo de las biocenosis oceánicas

tienen las biomasas más elevadas entre las que pueden encontrarse en la hidrosfera. La explicación es bien simple: la fusión del hielo en primavera engendra corrientes de superficie que provocan indirectamente la ascensión de aguas profundas cargadas de bioelementos.

Como resultado inmediato se produce una increíble proliferación fitoplanctónica desde los primeros momentos de la estación favorable, y junto con ella la aparición de numerosos vertebrados e invertebrados atraídos por las óptimas condiciones creadas para su nutrición.

Por el contrario, las aguas azules tropicales, muy pobres en bioelementos, son casi desérticas y albergan una débil biomasa, a pesar de la considerable diversidad de sus biocenosis.

 

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